miércoles, 17 de octubre de 2007

Aeropuerto de Chicago y el descenso en la tasa de hombres heterosexuales en el mundo

Una larga larga espera, no recuerdo a qué hora llegué ahí, pero el vuelo hacia Toronto se retrasó varias horas, dos o tres ya no recuerdo...
Para entretenerme compré una baguette y un cafecillo en el omnipresente Starbucks, seguí leyendo El huésped y miraba el vaivén de la gente. De pronto, un hombre sumamente atractivo (alto, espalda ancha, traje, zapatos, corte de cabello, ligera barba y leve bronceado im-pe-ca-bles) llegó de no sé dónde y se sentó en uno de los tantos silloncitos de espera y comenzó a hablar por teléfono, nunca paró! y eso se me hizo más... mmmm... cuál será la palabra, interesante, me encanta que hablen con tanta emoción y tanto!, como el mini monólogo de Vince Vaughn al principio de Los cazanovias o como Lorelai y Rory en Gilmore Girls, bueno pues el hombre seguía ahí hablando y riendo sin pena alguna y yo, leía, aunque de vez en cuando levantaba la mirada.
El atractivo hombre parlanchín se levantó, tomó su maleta, ya saben la típica compacta y negra de rueditas, y se paró al lado de un bote de basura, viendo hacia la puerta de llegada, yo seguía leyendo y dejé de verlo, pero cuando comenzó a llegar más gente a esa sala volví a voltear, vi a un hombre visiblemente gay caminando con ese contoneo tan gracioso y, qué vieron mis ojitos!, iba hacia el atractivo hombre parlanchín! se vieron, se besaron, se abrazaron y se alejaron de ese sitio tomados de la mano! por qué tooooooooom?!!!!! (luego explicaré esto de tom)

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