lunes, 25 de agosto de 2008

Sin restricciones

El miércoles pasado fui al partido de México contra Honduras, llegué al medio tiempo a causa de un importante compromiso familiar, pero esa es otra historia.
Tenía semanas pensando en ese partido, soñaba con él, con las bien torneadas piernas de varios jugadores, ejem, perdón, con sus bien planeadas jugadas quise decir. Poder ver jugando juntos, como un verdadero equipo, a Giovanni, Vela, Rafa, Pardo y he de aceptar que también a Cuau, ahí el problema, soy de Pumas desde que estaba en la cuna y sus colores cada día quiero más... por lo tanto, siempre he tenido una clara rivalidad con el América y sus ídolos, Cuau es uno de ellos.
Hace años lo "detestaba", pero reconozco que era un poco de envidia, ahora puedo aceptar abiertamente que es un excelente jugador, unos de los mejores de México y hasta este partido pude gritar a viva voz su nombre, corearlo junto con las miles de personas que llenamos el Azteca pidiendo fervorosamente que lo metieran a la cancha.

PD. Me encantó ver la rubia y lacia cabellera de uno de mis Pumas favoritos de todos los tiempos, Leandro.

viernes, 22 de agosto de 2008

Se equivocó de Dolores

Antecedentes: este post es súper superficial. Mi nombre es Dolores. Los hombres que más me gustan físicamente: Gael García y Brad Pitt. Ok. Léanlo bajo su propio riesgo.
El pasado 14 de agosto regresé de convivir con varias personas a altas horas de la madrugada, no sé porqué razón, no recuerdo ahora, encedí mi computadora y revisé mi mail; oh sorpresa que en la bandeja de entrada había dos correos que hicieron que mis tripitas se estrujaran, uno tenía como título Diego & Camila, ya sabía de qué se trataba, el chamaquito que acababan de tener unos cuantos días antes, aún así lo abrí y leí el comunicado, nada nuevo. El otro mail lo dejé en segundo lugar, pero no en segundo término, ese sí me perturbaba, aunque también sabía de qué iba, pues ya había portadas de revistas con el tema. Gael Gacía será papá. Ok. Sé que esto es irrelevante en realidad, pero hay pocos hombres que me gusten tanto, uno de ellos es él, de hecho en mi lista de chicos favoritos en la historia del universo está en primer sitio, sí, esto es una tontera, pero no me importa. Me fui a dormir. No importa. Dulces sueños. No importa. Desperté y lo primero que pensé fue "pero si este tipo se equivocó de Dolores!!!".
Sé que si me hubiera conocido estaría conmigo y yo también me dejaría embarazar seguramente.
Se los dije... superficial.

viernes, 8 de agosto de 2008

8·8·8

Hoy hace diez años estaba en la casa de mi ex vecino con algunos amigos, no recuerdo exactamente qué hacíamos, pero seguro involucraba bebidas alcohólicas y música. Al caer la tarde noche, llegó otro amigo para presumirnos el nuevo estéreo de su auto, un vochito blanco con más historia que muchos libros, todos salimos a ver el nada flamante auto, pero eso sí con gran sonido gracias a las mil ocho mil bocinas y el enorme woofer, pero eso no era todo lo que había dentro del vocho, nuestro amigo también llegó con unas relucientes y friísimas cervezas para continuar la noche y como ya empezaba a hacer friecillo decidí entrar a mi casa por un suéter. Cabe destacar que, obviamente, en cuanto llegó, subió el volumen del estéreo casi a todo lo que daba para hacer evidente la potencia de sus nuevas cositas. Entré a mi casa, hablé con mis papás para avisarles que iba a seguir por allá un rato más, subí a mi cuarto, elegí un suéter y me asomé a la ventana porque repentinamente el ruido se había apagado. Mi cuatro amigos estaban siendo subidos a dos patrullas de policía. Uno de ellos me saludó tranquilamente desde la patrulla, otro vio mi gesto de mano y pensaron que lo hacía en muy mala onda. Obviamente no era así, ellos después lo entendieron, pero durante muchos años me "reclamaron" que los abandoné,que me despedí de ellos maquiavélicamente. Después de diez años quiero suponer que si estuviérmos juntos, todos nos reiríamos de aquella experiencia. Por lo menos eso es lo que quiero pensar. Estuvieron una noche en los separos, sí escarmentaron un poco, aunque no estaban haciendo nada malo, el problema fue que una vecina (odiadísima después por ellos) se quejó del ruido, como tenían aliento alcoholizado y cervezas en el auto pues los polis se lo tomaron un poco mal. Hace tres años ese grupo de amigos comenzó a separarse y ahora estamos demasiado dispersos. Una reunión o reencuentro tipo Timbiriche se ve bastante improbable. Año con año, cada ocho de agosto recordábamos su noche tras las rejas, el ocho se volvió su número de mala suerte, el más odiado, ese día siempre temían que les sucediera algo y a veces sí coincidía. A diez años sólo mantengo un mínimo de contacto con uno de ellos, ya le deseé un día bueno, y con los otros me gustaría poder hacer lo mismo, pero ni siquiera sé dónde estén. Hace diez años creía firmemente que esas personas iban a estar en mi vida para siempre. Pero diez años son muchos.

jueves, 7 de agosto de 2008

El amor, el amor

Creo que crecí viendo demasiadas películas de Disney, crecí queriendo un príncipe Erick, como el de la Cenicienta, o Felipe, como el de la Bella Durmiente, pero eso sí, en los juegos siempre prefería ser Maléfica o cualquiero otra bruja de cuento. Años después me encuentro pensando demasiado en el amor, viendo y re viendo comedias románticas en las que el amor verdadero triunfa y si bien no existe un felices para siempre como en las de Disney, siempre termina bien. Eso ha hecho que yo quiera creer en ese amor verdadero, aunque también hay días en los que no creo que exista, que son sólo patrañas.
No es que ahora esté en espera de mi príncipe azul, pero sí creo firmemente que por ahí afuera está mi chico ideal, guapo a mi gusto, divertido, inteligente, que disfrute una cena, una película en casa o bailar a ritmo de… cualquier ritmo, que sienta y que no sólo lo diga con acciones sino también con palabras, busco un amor que me haga hacer locuras, pero que también me centre y me de paz, que tenga mucha pasión, que no sea conveniente ni sin complejos, que no sea cómodo, que no se haga costumbre, quiero un amor que me haga sentir más viva, que no sea conformista. Se lee sumamente difícil de encontrar.

martes, 5 de agosto de 2008

Por fin

Sí, por fin acabó julio. Raro en mí, amo ese mes, me gusta, siempre me da buenas cosas qué vivir, como las vacaciones de verano y mi cumpleaños. Pero este año, de principio a fin, el mes fue atareado, lleno de preocupaciones, estrés y conflictos; la mamá enfermó, el papá se rompió, con eso me bastaba para el mes, pero nooo, el viernes 25, dos días antes de entrar a los 27, me sucedió una de esas cosas que me suele pasar de vez en cuando, estar en el lugar equivocado a la hora equivocada, francamente ahora prefiero no recordar, sólo diré que fue una situación que me dejó triste, nostálgica, decepcionada, con coraje y talvez hasta un poco de odio, ese día era mucho odio, ya va pasando. Y, aunque yo creía que eso y una falta de llamada, que luego se convirtió en llamada tres segundos antes de que terminara el día, iban a provocar que me la pasara pésimo en mi onomástico, para nada fue así, gracias a la gratísima compañía de mis mejores amigas, los camarones de la comida, mi familia, media loca y enferma, pero completa, un delicioso pastel de galeta oreo (mis favs) y, at last but not least, el fabulosisisisisisimo triunfo de los Pumas ante el Necaxa. Gran partido. Lleno de sol, gritos, aplausos, quemaduras en la piel y cerveza.
El festejo cumpleañero sucedió cinco días después en la Coyoacana (Higuera 14 en el centro de Coyo), ya era agosto, todo salió muy bien, gran compañía, grandes amigos, buenas bebidas, buena música. El octavo mes nunca me ha gustado, pero parece que esta vez cambió sitio con el séptimo.