viernes, 8 de febrero de 2008

Fucking sting!

Obvio no me refiero al añejo-sexy-re-bien-conservado vocalista de The Police.
La noche del anterior domingo iba caminando tranquilamente por alguna calle de Cuernavaca, de pronto sentí que algo cayó a mi cuello, pensé que era una hoja o alguna basurilla y con mi mano izquierda me lo quité, pero no tenía idea de que en cuanto tocara mi cuello un animalejo infernal y volador me picaría el dedo índice, yo quise gritar, pero me reprimí, sólo me acerqué a la luz y vi que aún había algo que parecía era un aguijón de abeja y, aunque sé que no soy alérgica a ellas porque ya me la han hecho varias veces, sí sé que soy súper sensible a los piquetes o mordidas (sin albur) de cualquier bicho, ejem, seguí caminando, llegué a donde había quedado con un amigo, mi dedo punzaba, no lo encontraba por ningún lado, mi dedo dolía, mi teléfono no tenía pila y unas amables chicas me prestaron el suyo, mi dedo crecía, llamé a mi amigo, sentía que el estúpido dedo estallaba, él llegó (mi amigo, no el dedo), le conté mi trágica historia, se burló de mí, pero no era su dedo el que estaba comenzando a hincharse y enrojecerse, fuimos a cenar y mientras traían unos deliciosos pozoles con sus respectivas cervezas, sacamos el aguijón, pero el cobarde no se atrevió a chupar el veneno, bueno, en realidad ni yo me atreví, asco. No sólo el dedo estaba grande, gordo y muuuy rojo, sino que mi mano comenzaba a cambiar de tono e hincharse levemente, regresamos al df y seguí con mi vida, acompañada de mi gran dedo y mi mano semi hinchada y de color favorito; cuando llegó el lunes en la tarde, comencé a preocuparme, pues el dedo y la mano seguían en la misma condicióny ahora, mágicamente, se habían añadido un incesante dolor de cabeza y una comezón constante. Hoy es viernes, e imaginen cómo han estado las cosas con mi dedo que apenas hoy fue el día en que pude comenzar a doblarlo sin dolor, aunque el tono rojizo y la comezón siguen estando ahí y parece que no se quieren ir.

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