domingo, 26 de octubre de 2008

25 watts


Hace varios años fui a ver Whisky, una peli uruguaya del 2004 y dirigida por Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll y me fascinó, su humor era distinto, tipo Chaplin, risa el desencanto. Así que cuando me enteré que la Cineteca Nacional iba a proyectar 25 Watts, la opera prima de este par de directores, no dudé en ir. Llegué un poco tarde, unos 5 o 10 minutos, por estar pavoneándome en el vestidor de un centro comercial. Whisky me gustó más, pero reí mucho viendo 25 Watts y he de reconocer que cuando hay una buena idea no importa mucho que existan o no grandes recursos económicos. Aun hoy, 8 años después de que fue filmada, sigue siendo vigente y luce fresca entre tanta megaproducción.
25 Watts es una cinta hecha sin pretensiones (iban a dejarla en vhs o betacam, pero tras ganar algunos premios económicos decidieron filmarla en 16 mm), y gracias a ella, Rebella y Stoll ganaron reconocimiento internacional incluso desde su presentacion oficial en el Festival de Rotterdam en enero de 2001.
A pesar de que tiene algunos errores de continuidad bastante notorios, su grandeza radica en su sencillez, en cuanto al lenguaje, la puesta en escena, la fotografía en blanco y negro y el guión mismo que bien pudo haberse llamado 24 horas en Montevideo, lo siento, soy re mala para los títulos, además es esencial la manera en que aborda a la juventud, con un vocabulario súper uruguayo, es una mirada humorística, cínica, absurda y medio tierna, que por momentos cae en ingenua, pero sin tremendismos, más bien con cotidianidad y un cierto aire rutiniario, la televisión, la pornografía, el alcohol, las drogas, las chicas, el amor, la familia, don francisco, el trabajo, la escuela, las historias de barrio... ahora que lo pienso y lo escribo, me recordó mucho a Temporada de patos (Fernando Eimbcke, 2004). En fin, me dejó muy buen sabor de boca, desde el porqué del título. Harto recomendable.

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