sábado, 20 de noviembre de 2010

La Pivellina



En lo primero que pensé durante la película fue en Giuletta Masina, una de las musas de Fellini y su esposa. La Pivellina tiene mucho de aquel cine, cámara en mano y mostrando la realidad de las afueras de la ciudad de Roma, sin hacerlo de modo amarillista, sino con ternura y gracia, los personajes de esta cinta nunca caen en lo patético ni trágico, aunque su situación lo sea un poco.
Patti vive en una casa remolque y mantiene, junto con su esposo, un circo ambulante. Un día encuentra a una pequeña niña abandonada en el parque, ella la recoge y la cuida junto con un adolescente, mientras la madre de la pequeña regresa.
El realismo con el que es tratado el tema le viene a Tizza Covi y Rainer Frimmel, directores de la cinta, gracias a sus anteriores trabajos en conjunto, los documentales Das ist alles? (¿Eso es todo?) y Babooska, el cual muestra un año en la vida de los integrantes del circo Il Floriciccio y en el que la misma Patrizia Girardi (Patti) y Walter Saabel (Walter) aparecen.
La Pivellina narra una realidad social en Italia, el abandono de niños y la marginalidad con la que viven algunas personas y lo hace a través de los ojos de tres generaciones, valiéndose de la estupenda actuación de Girardi y el carisma de la pequeña Asia Crippa.


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